Cuando los inviernos eran largos y las gentes se cobijaban en sus casas durante los cortos días y las largas noches, el sitio de la casa dedicado a mantenerla caliente se convertía en el lugar donde las dulces anjanas, los traviesos trasgos y trentis, los peligrosos ojáncanos y demás criaturas de la mitología se hacían paso y campaban a su anchas en la imaginación de los presentes a través de los cuentos, relatos, aventuras y anécdotas que se contaban unos a otros.
Así, al calor de la lumbre, estas historias servían para transmitir conocimiento a veces, ilusión otras, pero siempre, siempre con el sabor de la tradición popular.
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El acogedor abrazo de la lumbre |
Este blog surge con la idea de recordar aquellas fantásticas historias que nuestros abuelos, y las generaciones anteriores, perpetuaron al calor de la lumbre.
Esperamos que este blog sea de vuestro agrado y quedamos abiertos a cualquier sugerencia de mejora o a cualquier historia que os apetezca contarnos.
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